¿Por qué mi hijo saca malas notas si ‘estudia mucho’?

Cuando uno ve a su hijo estudiar durante horas y luego recibe el boletín escolar con notas bajas, la frustración y la confusión suelen aparecer. Es tentador pensar que el problema es simplemente que debería estudiar más, pero a menudo el verdadero meollo está en cómo se organiza ese tiempo de estudio y en la calidad de las estrategias usadas. Vamos a profundizar juntos para encontrar respuestas.

Cantidad vs. calidad del estudio

A veces creemos que estar mucho rato con los libros abiertos equivale a estudiar bien, pero la calidad del tiempo invertido importa más que la cantidad. Es posible que tu hijo pase horas frente a los apuntes, pero si se distrae o repite el material de forma pasiva—sin comprender ni practicar—el resultado suele ser decepcionante. La memorización repetitiva sin análisis ni ejemplos prácticos genera una ilusión de dominio que, al llegar el examen, se desmorona.

El aprendizaje efectivo implica alternar técnicas: subrayar ideas clave, crear esquemas, hacer ejercicios o explicar la materia en voz alta. Cambiar la forma de estudiar puede marcar la diferencia entre sólo ver información y realmente comprenderla.

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El rol del tiempo y la organización

Muchas veces los estudiantes no planifican bien su tiempo y dejan todo para el último momento, lo que provoca ansiedad y reduce la capacidad de retener información. Aunque parezca que estudian, en realidad el esfuerzo está mal distribuido y no se aprovecha el potencial real. Un mal hábito típico es subestimar el trabajo antes de una prueba y sobrecargarse después.

Una buena gestión del tiempo implica:

  • Dividir los contenidos en pequeñas partes
  • Programar sesiones de repaso frecuente
  • Alternar materias en función de la dificultad y el cansancio
  • Reservar momentos de descanso cortos para no saturarse

Establecer rutinas y dejar espacios para preguntas o revisión ayuda a construir una base sólida para el aprendizaje.

En Activatic, ayudamos a cada estudiante a tener una mejor organización, con un método propio. Contáctanos para mayor información.

¿El método de estudio es el adecuado?

No todos aprendemos igual, y aquí está uno de los grandes secretos: quizá tu hijo necesita distintas formas de acercarse al conocimiento. Hay quienes aprenden mejor con imágenes, otros necesitan hacer resúmenes, mapas conceptuales, grabaciones de audio o incluso conversar sobre el tema. Si el método tradicional no está funcionando, experimentar con alternativas puede abrir nuevas puertas.

Observar qué técnica resulta más entretenida o menos estresante para tu hijo puede darle mayor seguridad y motivación. Eso sí, requiere algo de ensayo y error, pero el proceso resulta enriquecedor y desarrolla autoconfianza y responsabilidad.

En definitiva, si las notas no reflejan el esfuerzo, es hora de analizar lo que ocurre detrás de las horas de estudio. Con pequeños cambios en la forma de organizarse, gestionar el tiempo y buscar el método más adecuado, el rendimiento académico puede mejorar notablemente… ¡y la motivación también!

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